En el día de ayer celebramos el evento «Gastro Murillo», en el que las empresas dedicadas al sector gastronómico que forman parte del Proyecto «Murillo en Sevilla», presentaron las diferentes propuestas en torno a la figura del pintor. Se trata de un variado abanico de actividades que incluyen menús especiales creados para la ocasión, una ruta de tapas, catas, cenas teatralizadas y productos gastronómicos especiales para la efeméride.
Durante el evento se pudo disfrutar de una degustación de los productos y recetas que las distintas empresas ofrecen al ciudadano y al visitante para trasladarse a través del paladar a la época de Murillo.
Rafael Domínguez, el director gerente de ASET, recalcó que desde el principio la asociación tuvo claro sumarse a un proyecto tan importante para la ciudad. “De manera práctica, nos permitía desarrollar la colaboración público privada y, a la vez, darle visibilidad a las empresas del sector turístico, en las que entran guías, transportes y gastronomía como la que degustamos hoy”.
Así, Inés Rosales ha programado una ruta que ya puede disfrutarse en la ciudad recorriendo cuatro restaurantes. Estos establecimientos (Entrepuertas, Gorki, La Barandilla y El Pasaje) han creado una tapa singular cada uno con la base de la torta de Inés Rosales y rescatando los sabores y colores de la época y obra de Murillo. Una ruta de la tapa que está disponible todas las semanas de jueves a domingo de 13.00 a 16.00 horas hasta 2019. Inés Rosales también ha creado un estuche especial tematizado con el cuarto centenario del pintor que puede adquirirse en su tienda de la Plaza de San Francisco.
La Taberna del Alabardero, por su parte, ha creado un ambicioso menú completo en colaboración con expertos en Historia de la Gastronomía de su Escuela de Hostelería. El chef ha ideado esta propuesta basándose en los cuadros del pintor y en los usos y tradiciones gastronómicas del siglo XVII para trasladarnos a través de una visión moderna hasta los sabores de la época de Murillo, desde las clases más populares a los manjares de los palacios. Una propuesta en la que también se viajará hasta la Sevilla de Murillo con la propia vajilla o los vinos que se maridan con cada plato.
La empresa de rutas y visitas Engranajes Culturales propone dos actividades. La primera, ‘Yantar en tiempos de Murillo’, que irá aparejada al menú de la Taberna del Alabardero. De forma extraordinaria, se podrá disfrutar del menú de la taberna en una experiencia teatralizada en la que los actores narrarán los detalles de la gastronomía en la Sevilla del pintor. Un viaje apasionante con el paladar con la obra ‘La cocina de los ángeles’ como punto de partida. Igualmente, Engranajes Culturales organizará una ‘Cata de vinos en tiempos de Murillo’, en la que en distintos espacios hoteleros de la ciudad se ofrecerá la experiencia de conocer de primera mano los caldos que acompañaron a los sevillanos del siglo XVII en su día a día. Ambas propuestas estarán en activo después de Semana Santa.
Alminar Servicios Culturales también nos acerca la mesa de la época del maestro a través de su ruta ‘Murillo y los cinco sentidos. Sabores y saberes’, en la que un guía acompañará a los visitantes en la degustación de algunas tapas que hoy día siguen en las pizarras de los bares sevillanos y que tienen su origen en los tiempos de Murillo. Un recorrido histórico a través de la gastronomía a lo largo de cuatro siglos.
El Mercado Lonja del Barranco también se suma al Año Murillo en su complejo gastronómico con una divertida actividad en la que pequeños y mayores podrán introducirse en algunos cuadros de Murillo a través de un photocall, convertirse en sus protagonistas y hacerse fotos.
Por último, la Hacienda Guzmán (La Rinconada) ofrece su aceite de oliva virgen extra, un producto de excelencia heredero de una tradición e historia olivarera que se remonta al siglo XVI. Hablamos de un aceite de oliva virgen extra gourmet elaborado exclusivamente con aceitunas de la Hacienda Guzmán de las variedades arbequina, manzanilla y hojiblanca; producido en un riguroso proceso con tres niveles de selección y tras una recolección en verde y a mano. Todo en un complejo con cinco siglos de historia en el que Hernando Colón, el hijo del descubridor, producía allí el aceite que se exportaba al nuevo mundo, llegando a convertir a la Hacienda Guzmán en una de las mayores fábricas de aceite de oliva del mundo. Un edificio que puede conocerse de primera mano a través de las visitas de oleoturismo que organiza su propia fundación.
Para saber más: www.murilloensevilla.com